Khyense Dilgo Rinpoche (maestro del XIV Dalai Lama) era un admirador de objetos raros y antiguos relacionados con la búsqueda espiritual, trascuriò 12 años de estudio y meditación en una cueva aislada en las montañas del Tíbet. Siempre llevò amuletos durante su existencia: granos de Dzi, Gau, pulseras y otras reliquias de la época del Buda histórico y otros maestros importantes. Gyalse Trulke lama del Satsam Chorten (en Paro, Bhután) argumenta que los amuletos como el tanka, mandalas y representaciones simbólicas hechas por los hombres y mujeres de gran fe, ayudan a iluminar a los seres vivos, se perciben a través de nuestros cinco sentidos de luz y son capaces de liberar y proteger a la gente. Hoy los Theng Ngnà son casi desconocidos para los mismos tibetanos. Su verdadero significado ha sido destruida por los muchos sufrimientos infligidos al pueblo, por la violenta trasculturizaciòn impuesta por el gobierno chino. Junto con antiguas ceremonias y rituales, estos amuletos legendarios tratan de sobrevivir a la insidiosa importación de modernidad occidental. Pierden su rastro, se ocultan en las definiciones de las diferentes lenguas, dialectos y misterios que co-existen en la geografía escarpada y majestuosa; Theng Ngnà, Ga’u, Chos skyong sgrog gdung, Lackpa taya, Norbu dzi o chags Thog, son algunos de los muchos nombres existentes. En 1959, tras la invasión comunista, el Dalai Lama huyó del Tibet. Los ancianos sabios y funcionarios que lo acompañaron en el exilio, llevaron consigo joyas mas valiosas. Coral, lapislázuli, turquesa y ámbar forman, junto con Malas de piedras y las diferentes pulseras usadas ,potentes amuletos de protecciòn. Algunos monjes trasportaròn hacia el exilio las piedras misteriosas de ágata, Dzi.